21 de noviembre: fiesta de la Presentación de la Virgen María en el templo

 Cuando la Virgen María era muy niña, sus padres la llevaron al templo de Jerusalén para ser instruida. Es una fiesta que nació en el año 543 en Oriente con ocasión de la dedicación de la basílica de Santa María la Nueva en Jerusalén.

Una tradición muy antigua cuenta que, cuando la Virgen María era muy niña, sus padres, San Joaquín y Santa Ana, la llevaron al templo de Jerusalén y allá la dejaron por un tiempo, junto con otro grupo de niñas, para ser instruida muy cuidadosamente respecto a la religión y a todos los deberes para con Dios.

Los autores de la vida espiritual encuentran aquí tres méritos: hay de parte de María el mérito de la diligencia apremiante, puesto que presurosamente viene a ofrecerse a Dios. El de la generosidad completa, porque María va a inmolarse al templo, deja a su padre y a su madre. Y el tercer mérito es el de una fidelidad inviolable, María sube de virtud en virtud.

María elige al Señor, toma una decisión, se sabe un “ser ofrecido a Dios”, se sitúa al servicio de Dios. En estas señales visibilizamos el misterio de la Presentación. Así en la larga historia de la vida religiosa y en centenares de Congregaciones, María tiene una caracterización espiritual dominante, son varias las que quieren imitar a María a partir de su Presentación en el Templo del Señor.  

Para los concepcionistas es una fiesta muy importante  los 21 de noviembre de cada año,  preparándonos  tres  días antes (TRIDUO A LA NIÑA MARÍA), puesto que  consagramos nuestra vida a la Virgen Niña con alegría, le confiamos nuestra  Fe y nuestra esperanza, celebramos con toda la comunidad estudiantil y personal del plantel  esta fiesta con la Misa Solemne, la procesión de la Virgen Niña, entonando  cantos  y alabanzas a Ella, cada grado de preescolar ,  primaria y bachillerato  se esmeran por hacerlo. ¡VIVA LA NIÑA MARÍA!